31/05/2011 - Nota de prensa
La identificación pionera del gen ALK en tumores no pulmonares (urinarios y neuroendocrinos) plantea una nueva opción terapéutica
Expertos del Hospital del Mar y del IMIM identifican, por primera vez, la alteración del gen ALK en tumores genitourinarios y neuroendocrinos. Estas alteraciones, aunque poco frecuentes en su conjunto, tienen gran relevancia pues, ya está bien descrita la alteración de ALK en un subgrupo de tumores pulmonares y existe una terapia específica para estos tumores.
Estos datos y otros, serán presentadas al'ASCO 2011, reconocido como el congreso de referencia de la especialidad, y pueden suponer un gran cambio en la orientación de estos tumores, pues se plantea una nueva opción terapéutica para su tratamiento y dentro de un horizonte cercano. El ASCO, en el ámbito del cáncer, supone el punto de referencia y de encuentro de todos los aspectos diagnósticos, terapéuticos y de investigación en cáncer que marcarán la tendencia y la línea a seguir por los expertos el siguiente año y determina aquellas cuestiones realmente relevantes para cambiar el rumbo de la enfermedad.
A día de hoy es indiscutible la importancia de la presencia de alteraciones en el gen ALK (Anaplastic Lymphoma kinase) en el desarrollo de algunos tumores sólidos, como el cáncer de pulmón. Desde que se introdujo la búsqueda sistemática de alteraciones en ALK en los tumores pulmonares, se ha podido hacer un nuevo abordaje terapéutico con fármacos inhibidores ALK y estas alteraciones, de hecho, actúan como un marcador de respuesta a este fármaco. En los estudios realizados en el Hospital del Mar IMI, Instituto de Investigación del Hospital del Mar, se ha identificado, por primera vez, que estas alteraciones genéticas, no son específicas sólo del cáncer de pulmón, sino que, también se encuentran en otros tumores, como los uroteliales o los tumores neuroendocrinos. "Con la introducción de la genómica, los avances en oncología que hay que esperar durante el siglo XXI ya no tienen soluciones del todo o nada", explica el Dr.. Joaquim Bellmunt, jefe de Sección de Tumores Sólidos del Servicio de Oncología del Hospital del Mar, "sino soluciones que permitan descifrar aquellas piezas del puzzle que nos subagrupin los pacientes de manera que se les pueda aplicar terapias muy específicas y dirigidas, sobre todo a aquellos subgrupos que marquen la diferencia dentro de un tumor ", apunta Bellmunt. En el caso concreto de este hallazgo, hay una clara ventaja, tal y como nos explica la Dra. Clara Montagut, firmante de la comunicación de ALK y es que "ya existen fármacos inhibidores de ALK en fases muy avanzadas y que dan resultados espectaculares en cáncer de pulmón. Es esperable pues que se puedan empezar a aplicar inhibidores de ALK pronto en otros tumores sin necesidad de pasar por todo el proceso previo de desarrollo de un fármaco ".
Marcadores de mal pronósticos y efectos colaterales de tratamientos oncológicos, otras comunicaciones destacadas
Aparte de estas comunicaciones entorno del gen ALK, se presentarán otros resultados de investigación. El Dr. Bellmunt conjuntamente con otros expertos internacionales presentará un nuevo marcador, en este caso, de mal pronóstico para carcinomas uroteliales. Este marcador (1q23.3) se trata de un área de la información genética donde hay más material genético de lo normal. Los pacientes que presentan un tumor de estas características y tienen esta alteración genética, presentan mucho peor pronóstico y reducen a menos de la mitad su supervivencia. "Conocer el máximo de estas variaciones genéticas es fundamental para poder hacer un abordaje más personalizado de la enfermedad y permite, sobre todo, modular y adecuar los esfuerzos terapéuticos a la realidad de cada caso, tanto en el uso de diferentes fármacos óptimo direccionamiento de nuevas dianas moleculares en el ataque de la célula cancerosa, como en la valoración del riesgo-beneficio ", explica el Dr.Joaquim Bellmunt.
Todo el equipo del Servicio de Oncología del Hospital del Mar y del Programa de investigación en cáncer del IMIM, focaliza sus esfuerzos en mejorar el tratamiento del cáncer, contribuir a la creación de nuevos medicamentos y definir estrategias terapéuticas, utilizar todos los recursos terapéuticos existentes para diseñar las mejores combinaciones que optimicen estos tratamientos, teniendo siempre en cuenta los efectos secundarios y colaterales de este tratamiento, como neutralizarlos o minimizarlos. En este sentido, otra de las líneas de la investigación en cáncer y una de las comunicaciones de este equipo en el congreso es la prevención de la pérdida de densidad ósea en las pacientes en las que se les administra determinados tratamientos. Este es el caso de un fármaco usado en el cáncer de mama, los inhibidores de la aromatasa, que propicia esta pérdida de densidad en mujeres que previamente no padecían osteoporosis. Prevenir los efectos de esta pérdida de densidad ósea es fundamental, pues las consecuencias de esta "osteoporosis adquirida" pueden tener graves consecuencias como fracturas, aplastamientos vertebrales, etc. y por lo tanto hay que tenerlas muy en cuenta. El estudio, que firma la Dra.. Sonia Servitja, determina que aquellas pacientes que inician tratamiento con inhibidores de la aromatasa y que parten de niveles bajos de vitamina D y no los normalizan con suplementación extra de esta vitamina, presentan mayor pérdida de masa ósea que aquellas pacientes que alcanzan niveles óptimos (> 40ng/ml) de vitamina D. "Administrar, pues, vitamina D en estas pacientes desde un inicio previsto en esta pérdida de densidad y se minimiza el riesgo de fractura y al mismo tiempo la necesidad de administrar tratamientos más costosos como los bifosfonatos, que quedarían reservados para aquellas pacientes que desde un inicio ya presentaran osteoporosis ", explica la Dra. Servitja.
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